miércoles, 23 de julio de 2008

Sociedad

La Sociedad es el conjunto de personas de todas las edades que interactúan organizadas de una forma determinada y que tiene una cultura en común.

Se distingue la sociedad del grupo, porque este comprende solamente un sector de la sociedad, y porque la cultura común de una sociedad, es mucho mas amplia que de una persona particular o de un grupo.

El grupo esta constituida por personas y la sociedad están constituidos por grupos. La sociedad a su vez está organizada por normas jurídicas o como dice una máxima en latín: “urbi ius, ibis societas”, allí donde hay sociedad hay derecho. Carlos Fayt dice al respecto: “así como no hay individuos sin sociedad ni sociedad sin individuos, siendo artificiosa y falsa toda pretensión por separados, suponiéndolos antagónicos, así también lo individual y lo social constituyen momentos de la unidad esencial de la vida humana social, la una como vivencia, la otra como convivencia, son formas en que se manifiesta la vida humana en su totalidad. La sociedad es el ámbito humano, sólo en ella el hombre es, existe y se realiza. El hombre no sólo existe sino que coexiste, no sólo vive sino que convive”.

El estudio de una determinada sociedad se centra en los grupos, más bien que en las personas. Todas las personas participan de alguna manera en la organización de los grupos mayores, todas las relaciones están interconectadas.

Existen cinco tipos de sociedades:

1- Las sociedades de cazadores y recolectores.
2- Las sociedades agrícolas y ganaderas.
3- Las sociedades agrarias.
4- Las sociedades industriales.
5- Las sociedades posindustriales.

Grupos sociales

Siguiendo a Macionis y a Plummer, se puede decir que todo el mundo tiene el sentimiento de pertenecer a un grupo de personas, a un grupo social. Por grupo social entendemos un grupo de dos o más personas, cada una de las cuales con una identidad reconocida por el resto, y que mantiene algún tipo de vínculo o relación entre sí. El ser humano como ser gregario se reúnen en grupos: familia, clan, clubes, gremios, etc. Estos grupos están compuestos de personas que tienen experiencias o intereses comunes, o lo están por vínculos de confianza, de lealtad o de dependencia. Cada miembro del grupo social, es consciente de poseer una identidad propia individual, pero se identifican como miembros de ese grupo.

Los grupos se dividen en grupos primarios y grupos secundarios, el primero es un grupo social pequeño, cuyos miembros mantienen una relación personal y duradera entre sí, como la familia; el segundo, es un grupo social grande, cuyos miembros, antes que estar unidos por lazos afectivos o personales, lo están porque mantienen una actividad o persiguen un interés común, como lo son los gremios.

La estructura social

Puede la estructura social se concebida como un proceso continuo de acuerdos sociales, en los que al mismo tiempo se dan destrucciones y reestructuraciones. La estructuras sociales, no es el conjunto de todas las instituciones existentes en una sociedad, sino “la constelación especial de los grupos sociales más importantes (castas, estamentos, clases) dentro de toda una sociedad, juntamente con las correspondientes formas específicas de los acuerdos sociales ente éstas”.

Se refiere a la organización de la sociedad, de sus partes o unidades, si consideramos a la sociedad total como un compuesto de grandes grupos, observamos que hay una relación ordenada y una interdependencia de estas partes mayores. Vemos que la estructura total, es decir, la estructura mas amplia resulta de estos variados grupos relacionados entre si, interdependiente y que reaccionan uno con los otros.

La estructura responde a la pregunta ¿Cómo esta dispuesta la Sociedad? Y la función es la respuesta a: ¿Qué hace la sociedad? Es el aspecto dinámico de la sociedad, sus operaciones, procesos y actitudes sociales.

Organización social de los sumerios

La sociedad sumeria se encuentra estructurada en varias capas sociales: la primera de ellas era la de los awilu, conformada por los nobles y burócratas; los mushkenun, hombres libres que constituían la mayoría de la población; los wardu, eran los esclavos, productos de la guerra y del “tráfico de negros”. Trabajaban muy duro, pero se les reconocía ciertos derechos.
2- la desigualdad ante la ley, se debía a la estructura social que se dividía la sociedad sumeria en: awilu, muskenum y wardus.

Sociedad Egipcia

En la cúspide de la sociedad, se encontraba la figura del faraón
Las clases dirigentes de las provincias constituían los miembros de la nobleza
Las clases sacerdotales
La clase militar
Los escribas
Los artesanos, tenían el derecho a la huelga.
Los agricultores
Los esclavos

Estructura social

La sociedad babilónica, se dividía en tres clases: los awilu, los muskenum y los wardus. Arriba de esta escala, gozando de todos los privilegios políticos, económicos, religiosos, militares y jurídicos, vemos a los awilu, que quiere decir “hombre”, pero también es traducido como “hombre libre”, los que no estaban sujetos a nadie. Formaban parte de la asamblea o puhrum, la cual se sabe de que carecía de funciones cívicas. Los ancianos o shibutum, quienes eran las cabezas de las familias, constituían a su vez, un grupo especial de consejeros.

Le seguían en importancia los muskenumlos que se inclinan”. Formaban un grupo de personas “capitis disminuidas” del status anterior, junto con los esclavos manumitidos (libertos). Otro concepto de éste grupo, es que, eran protegidos como personas dependientes del Estado. A estas personas subordinadas al rey se las mantenía por medio de raciones en especie o de parcelas no enajenables a cambio de los servicios que prestaban al palacio. Una de las posibles explicaciones que en los códigos de leyes paleobabilónicos se referían al muskenum, como persona sin propiedades, es decir, como no “ciudadanos”, es que, no contaban con la protección de la ley consuetudinaria normal. Aunque podía hablar en la asamblea se encontraba fuera de su jurisdicción.

Por último encontramos a los wardus o esclavos, que eran considerados como propiedad pertenecientes a los particulares, al estado o al clero. Su número no era considerable por ser más rentable el trabajo de asalariados, a los que se les pagaba poco anualmente, sumado este gasto, era aún inferior al del pagado por comprar y mantener un esclavo. Aparte de desconocer el latifundio, que por lo general necesita de la mano de obra esclava. La mayoría se convertía en esclavo a consecuencia de las deudas, pero también los había a consecuencia de la venta, que llevaban a cabo, los padres de sus propios hijos y por supuesto también los había como consecuencias de las guerras. Los esclavos podían administrar sus bienes, con los que podían comprar su libertad.

Sociedad fenicia

Tres eran los estamentos sociales en que se encuentra dividido el pueblo fenicio durante su historia:
1- la aristocracia, de la que formaban parte principalmente las personas ricas, que se reclutaban del Senado;
2- los plebeyos, compuesta de comerciantes e industriales; y,
3- y en último lugar los proletarios.

Sociedad hebrea

Al tratar del derecho hebreo o cualquier otro, debemos comenzar por el derecho de las personas, al respecto, se puede observar en el Génesis, que Dios al crear al hombre dice: “Ahora hagamos al hombre a nuestra imagen...”, las personas no son únicamente una creación especial de Dios, sino que han sido creados a su imagen[1], es decir, están dotados de características tales que les permiten entrar en una relación personal o diálogo con Dios y ejercer como representantes suyos el gobierno del mundo. Los hebreos eran los descendientes de Abraham, con quien Dios estableció su Alianza, así, los israelitas formaban parte del pueblo elegido o pueblo de Dios, que le deba a la persona que era parte de este pueblo cierto nivel de privilegio. No existía distinción de carácter social o régimen de casta entre los israelitas. Si bien los levitas, descendientes de la Tribu de Leví, eran considerados como propiedad de Dios, porque se encargaban del culto al Señor. A sus miembros se les prohibía adquirir tierras y recibir herencias, y tenían que mantenerse de los sacrificios que se ofrecían al Señor.
El hebreo podía ser vendido como esclavo, pero sólo a otro hebreo y debía servir a su amo durante seis años, al séptimo, éste le concedía la libertad sin que aquel pagara por ella, y se marchaba de la casa con su esposa e hijos, pero si no quería marcharse, el dueño lo llevaba a la puerta y allí le clavaba la oreja por la puerta, señal de que se convertía en esclavo de por vida.

Las Castas

La religión Brahmánica implantó en la India un régimen de castas, que establecía una vida social hereditaria, otorgándole origen divino. La casta – dice Helmut Schoeck- existe normalmente dentro del marco de una estratificación social rígida legitimada por la religión y aceptada incluso por aquellos que se sienten perjudicados por el sistema de castas[2].

Existe una notoria diferencia entre las clases sociales y las castas, en la primera, cualquiera puede elevarse a una escala superior mediante sus propias aptitudes o méritos. Mientras que en el segundo, existe un estado inmutable y permanente de la condición de las personas, cuyos hijos invariablemente heredan de sus padres la condición social.

De esta forma en las sociedades con clases, podemos decir, verbigracia: que un Juez asciende de un campesino, en cambio, en el régimen de castas, decimos que un rey desciende indefectiblemente de un Chatrya.

Las castas indias se dividían en las siguientes:
1- los Brahmanes, clase sacerdotal
2-Los Chatryas o guerreros
3- Los Vaisyas, mercaderes
4- Los Sudras dedicados a los oficios manuales
5- Los Parias o “intocables”, eran una clase miserable, despreciada y aborrecida
6- Una última casta, la de los Chandalas, era de condición aún peor que la anterior, por estar constituida, de personas que contraían matrimonio fuera de su casta
Sociedad espartana

En Esparta las clases sociales se encontraban divididas en tres grupos:
1- El de los Esparciatas –espartanos-, que eran los descendientes de los dorios, invasores del Peloponeso, y que habían sometido a los pueblos que encontraron en Laconia. Solamente los espartanos-ciudadanos gozaban de todos los derechos inherentes a la ciudadanía, como ser:
a- la participación en las filas del ejército como soldado hoplita;
b- acceder a todos los cargos públicos;
c-el participar de la entrega de tierras –detentando la misma como simple poseedor- con ilotas como siervos, y;
d- compartir la comida comunitaria, hecha de las viseras del animal sacrificado.

2- Los períecos no poseían derechos civiles, si bien tenían derechos comerciales, su situación no era del todo mala. Podían servir en el ejército si el estado lo requería, e inclusive llegaron a amasar fortunas, podían incluso acceder a la ciudadanía si se distinguían en el combate.

3- Los habitantes de la ciudad de Mesenia, conquistada por Esparta, eran conocidos como los ilotas, era una clase que estaba sometida a servidumbre de los espartanos, ya que el Estado cedía a los esparciatas tierras con ilotas como adscriptos a las mismas, los cuales tenían que trabajarlas. Solían ser sometidos a vejaciones, por los espartanos, para mostrar a su propia juventud ciertos vicios, como la embriaguez.

Los éforos solían declararles la guerra a los ilotas, a fin de mantener estable la población de éstos, mediante esta medida conocida como la “caza del ilota[4] que era llevada a cabo por la juventud espartana como un ejercicio militar. Por ello, Pólux, dice del ilota que ocupa el término medio entre el esclavo y el hombre libre.

Reformas de Dracón

Con el legislador Dracón se producen los primeros cambios, a consecuencia del abuso del poder por los nobles, que acaparaban los cargos por el rango y por la riqueza, sin ningún tipo de ley que ampare al pueblo, abusando de su situación privilegiada, por ello el pueblo reclamó leyes escritas, en las que podía ampararse. Las leyes de Dracón son memorables por sus sanciones y penas, las que fueron criticadas de severas, aún para aquellas infracciones consideradas leves, de ahí la afirmación de que fueron escritas con sangre.

Reformas de Solón

Las reformas no satisfizo al pueblo de Atenas, que a los problemas sociales mencionados, se sumaban ahora los de carácter económico, ya que los agricultores se vieron envueltos en deudas las que no podían pagar, y después de hipotecar sus casas, luego a su familia y por fin a su propia persona, y aún así, seguían en deuda con sus acreedores. Ante estos acontecimientos el pueblo se vio en la necesidad de sublevarse en contra de la nobleza. Ambos grupos en conflicto eligieron a Solón, un hombre sabio, para que lleve adelante las reformas de la constitución ateniense. Lo primero que hizo Solón fue abolir los préstamos, en donde el cuerpo de la persona era la garantía de la obligación. Después procedió a cancelar las deudas de aquellos que habían caído en la esclavitud, para lo que estableció la figura del “Descargo”-alivio de las deudas-.

Eliminó por último todas las leyes de Dracón a excepción de las que tratan sobre el homicidio.

En el plano social, dividió en cuatro las clases sociales:
1- la primera estaba compuesta de los Mendimnos –nobles-, integrada por unas quinientas familias de sangre azul;
2- la segunda clase, se ubicaban los Caballeros, que formaban parte de la clase media, para ser de esta clase era menester estar provisto de un caballo;
3- la tercera era la de los Zeugitas, compuesta de artesanos entre otros; y,
4- la de los Tetes.

Tiranía de los Pisístratos

La personalidad de Pisístratos, era la de un hombre humanitario, compasivo e indulgente. Promovió préstamos a los pobres con fondos del estado.

La Democracia de Clístenes

Eliminó las cuatro clases sociales instauradas por Solón, para lo cual dividió la población en diez tribus o distritos, coincidiendo de esta forma las distintas clases sociales que vivían en la misma tribu. De esta forma distribuía en cada una de éstas los ciudadanos de distinto origen y condición social, igualándolos por el simple hecho de vivir juntos.

Egipto de los Lágidas


El Egipto de los Lágidas Pese a mantener el sistema faraónico de gobierno, se desarrolló una discriminación clara entre la oligarquía lágida y los colonos de origen grecomacedonio, por un lado, y la población indígena, por otro.

Filosofía Griega

Aristóteles, al igual que Platón y que otros pensadores griegos, y aún más que todos ellos, sostiene la esclavitud como una institución natural. Se justifica este tipo de servidumbre, por la supuesta incapacidad de algunos hombres de autogobernarse a sí mismo, y la consecuencia lógica, es que debe estar sometido a otros. Aparte, evidentemente del carácter puramente económico. Pero su teoría no es extrema, porque no considera que un griego pueda ser capaz de caer en la esclavitud, por ser éste de naturaleza esencialmente libre.

Las clases sociales: Patricios, Plebeyos, Clientes y Esclavos

Los patricios eran los miembros de las gentes. Gozaban de todos los derechos, como:
a- el ius públicum, que abarca:
1- el ius sufragii o derecho a votar en las asambleas del populus romanus;
2- es ius honorum, o derecho a desempeñar los cargos públicos, tanto los políticos como los religiosos;
3-el ius occupandi agrum publicum o derecho a que se les asigne un fundo de los territorios ocupados
b- los ius privatum:
1- el ius connubii o derecho de contraer matrimonio las gentes entre sí;
2- el ius comercii o derecho de contratación;
3- el ius accionis, derecho a recurrir a los magistrados con jurisdicción.

Eran los habitantes que se establecieron después de la fundación de la Urbe, otros creen que eran los hijos segundones o los habitantes de las ciudades latinas. Sea cual fuera su origen, los plebeyos no podían votar –nos dice Sarthuo-, ser soldados, ni ejercer el menor cargo público, negábase categoría a sus hogares, a su culto privado y público, a sus uniones matrimoniales, en una palabra los plebeyos por más enriquecidos y cultos que fueran constituían una clase menospreciada e imposible de semejar a los patricios. Considerados súbditos de Roma, se los obligaba a pagar impuestos pesados y a servir como auxiliares en el ejército durante las guerras. Eran víctimas en los procesos judiciales, ni si quiera sabían cuales eran sus derechos legales, pues no habían leyes escritas, y solo los pontífices patricios, tenían la facultad de interpretarlas[5].

Una solución a esta división entre patricios y plebeyos, fue la institución de la clientela, mediante la cual sin ser patricios, los plebeyos pudieron acceder a la ciudadanía, tomar parte en los asuntos públicos. Con la adopción de la institución de la clientela se lograron dos resultados favorables:
1- muchos plebeyos llegaron a ser ciudadanos, y;
2- las familias o gens romanas acrecentaron su importancia. Los patricios incorporaron en sus familias a los plebeyos, los cuales vinculados a un gens, se llamaron clientes, y bajo la tutela de su nuevo padre o patrón, que más que su amo era su protector. Lograron así los plebeyos adquirir ciertos derechos. La condición de cliente, se adquiría mediante un contrato, en el que se consignaban las obligaciones mutuas. El patrón ejercía hacia los clientes los deberes de un pater familias, y éstos, en compensación, contraían como buenos hijos obligaciones de dependencia hereditaria hacia aquel. Aunque libres, no podían desligarse de sus patronos sin perder sus privilegios y volver a la plebe. El cliente debía acompañar a su patrón a la guerra, en la asamblea y en los tribunales, atender sus negocios y defenderlos en todas partes. El cliente y el patrón no podían litigar entre sí, ni testimoniar uno contra el otro. El patrón a su vez debía a su cliente ayuda, protección suficiente para atender a las necesidades de los suyos.

En cuanto a los esclavos, nos dice el Digesto, que se encuentran en esta condición, ya sea por nacimiento en condición de siervos o pasan de la libertad a la servidumbre. Esto último sucede o por el derecho de gentes o por derecho civil. Por derecho de gentes pasaban de libres a la condición de esclavo, los prisioneros de guerra, no comprendiendo las guerras civiles. Por derecho civil, el mayor de veinte años que se dejaba vender para participar del precio, los condenados a las minas o a las fieras, el liberto por causa de ingratitud determinada por la ley y la mujer que habiéndole prohibido el dueño del esclavo, mantiene con éste último, en tres ocasiones relaciones sexuales. En el derecho primitivo, el deudor podía ser vendido como esclavo, la cual fue derogada, según nos informa Tito Livio, por la Lex Poetelia del 326 a. C.

Conflicto Social

La lucha de clases fue la constante en la República de Roma, vale decir, la nota que lo caracterizó. Para poder referirnos propiamente a una igualdad entre patricios y plebeyos dentro de la Urbe, ésta, tuvo que pasar por una evolución cívica, política, social y en especial religiosa.

La igualdad civil, que viene a ser la equivalencia de los patricios y plebeyos ante la ley, la cual consiguen los plebeyos por medio de la Ley de las Doce Tablas o Código Decenviral, como lo habíamos señalado. En un principio sólo los patricios, con sus colegios pontificios, tenían conocimiento de los mores majorum, que se trasmitía por la tradición oral, pues bien, los plebeyos exigieron leyes escritas, y la consecuencia de sus esfuerzos fue la redacción de dichas leyes, que si bien mantenía la prohibición del matrimonio entre patricios y plebeyos, sus normas no hacían distinción entre las estas clases, ni favorecían a los patricios, pues eran comunes para todos los romanos, sean estos patricios o plebeyos.

La igualdad social la obtienen los plebeyos, cuando ocho años después de la promulgación de la Ley de las Doce Tablas, al Tribuno Canuleyo la plebe le exigió la eliminación de la norma que prohibía el matrimonio entre patricios y plebeyos, que evitaba la unión entre estos estamentos, sin embargo el Senado concedió la igualdad al sancionar la libertad de matrimonio, el ius connubium entre los miembros de ambas clases sociales, con la esperanza de que los patricios no contraerían matrimonio con las plebeyas o viceversa. Pero para sorpresa de todos, otra fue la realidad. Siendo de esta forma como en el año del 443 a. C. los plebeyos conquistaron la igualdad social o de matrimonio, mediante la denominada lex Canuleya llamada así en honor de su proponente.

La igualdad política se llegó con el acceso de los plebeyos a todos los cargos públicos de la República, en especial los más importantes como el consulado y el Senado. Varias fueron las leyes que sirvieron para eliminar los obstáculos puestos por los patricios, estas normas fueron:
1- la ley Valeria Horacia, que data del año 449 a. C., la cual concedió facultades legislativas a los comicios por tribus, en los que tomaban parte por igual tanto los patricios como los plebeyos;
2- la ley Publilia, que disponía que los magistrados plebeyos fueran elegidos en los comicios por tribu y no en los comicios por curias; y
3- la ley Hortensia, que fue promulgada en el 287 a. C., esta ley repitió la misma declaración que la anterior, disponiendo además que los plesbicitos obligaban a todos los ciudadanos, quedando desde entonces aquellos igualados a las leyes votadas en los comicios centuriados.

Posteriormente los plebeyos fueron incorporándose a las magistraturas patricias, a la cuestura en el 421 a. C.; en el año 367 a. C., ingresaron al consulado; en el 364 al edilado curul; y, a la dictadura, en el 337 a. C. El acceso al Senado fue más difícil para los plebeyos, y aún, cuando lo lograron, se vieron en desventaja ante los senadores patricios, teniendo una categoría inferior, se les denominada senadores conscriptos.

La igualdad religiosa fue la más cara de todas las conquistas plebeyas, teniendo en cuanta que en el culto público los patricios adoraban a sus antepasados, que eran aquellos que habían llegado con Rómulo cuando éste fundó la Urbe, mientras que los plebeyos no podían hacer remontar a sus ancestros hasta la fundación de Roma. Éstos vivían fuera de los recintos sagrados de la ciudad. Sin embargo la lucha dio sus frutos, y en el año 302 a. C., se promulgó la lex Ogulnia, la cual establecía que la mitad de los augures y pontífices sean electos de entre los plebeyos. De esta forma se llegó a una igualdad total entre patricios y plebeyos, a partir de este momento surgiría otro tipo de diferencia, pero esta vez de carácter económico.

El primer pontífice plebeyo fue Tiberio Coruncanio, que se dedicó a enseñar el derecho civil, que como habíamos dicho, antiguamente era un secreto sólo conocido por el sacerdocio patricio y era la base de los mores maiorum o normas consuetudinarias que regían a la sociedad dirigida por los patricios. Con este hecho se da inicio a la Jurisprudencia, la cual fue definida por Ulpiano, como: “el conocimiento de las cosas divinas y humanas, y la ciencia de lo justo y de lo injusto”[6].

Las consecuencias de las guerras descriptas, crearon en el interior de la República, un cáncer que carcomía a la fibra social de la Urbe. A la dicotomía entre patricios y plebeyos, apareció un nuevo acontecimiento, que consistía en una nueva división del tejido social romano. Ésta, estaba compuesta por: los populares y los optimates, que estaba integrada en parte por las nobilitas senatorial, la nobleza que, desde el Senado había dirigido con mano firme y sin competencia, a la República. Los optimates detentaban grandes extensiones del Ager Publicus -propiedad del Estado, formado por los territorios anexionados a Roma, de la antigua propiedad de poblaciones vencidas-, que se habían convertido en propiedad privada de éstos, inclusive llegaron a trasmitirlas por herencia a sus descendientes. Mientras que los populares perdían sus fundos a consecuencia de las guerras y por estar obligados a participar de las legiones que partían a la conquista de más territorios para engrosar las tierras del Ager Publicus y las filas de esclavos, de los que se beneficiaban los optimates. Al final los populares se vieron en la necesidad de hipotecar sus terrenos a favor de los optimates, que aumentaban los suyos, dando inicio a una gran migración de los primeros hacia la Urbe, para formar parte de los ejércitos de menesterosos que se agolpaban en Roma, pidiendo a sus magistrados pan y circo, a cambio de apoyo en los comicios.

En este ambiente de conflicto social, se ve emerger la figura de dos hermanos: los Gracos, primero la de Tiberio Sempronio que a la cabeza del partido popular, fue electo para el cargo de Tribuno de la Plebe en el 133 a. C., propugnando una reforma agraria con el fin de poner término a la injusticia social, que había emergido al final de los conflictos. Dichas reformas consistían en quitar las tierras del Ager Publicus, dejando a los optimates solamente 500 yugadas –una yugada es equiparable a 32 hectáreas-, y 250 más en nombre de sus hijos varones. Les indemnizaba del resto que había que repartir entre los populares. Los miembros de la nobilitas se opusieron, alegando que el ager publicus era propiedad exclusiva de ellos. Tiberio al ver que su proyecto corría el peligro de fracasar en el Senado recrudece su postura, haciendo votar una ley aún más rígida por la cual no se indemnizaba a los terratenientes por la expropiación, tampoco se les dejaba las 500 yugadas y para colmo, debían de abandonar inmediatamente las tierras. Ante estos sucesos el partido aristocrático se levantó y culminó con asesinato de Tiberio que intentaba postularse para un segundo mandato al tribunado, en contra de lo establecido por la constitución de la república.

Su hermano menor, Cayo Graco, diez años después, se lanzó en campaña para acceder al tribunado, obteniendo el apoyo del partido popular, una vez en el cargo se dedicó a implementar las reformas propuestas por su hermano, entre las leyes que promovió figuraban:
1- la ley frumentaria o del trigo, que garantizaba a cada ciudadano habitante de Roma el trigo necesario para su mantenimiento a un precio reducido;
2- por la ley Porcia la pena capital debía ser ratificada por los comicios centuriados; 3- la ley de devoluciones, que prohibía esquilmar a los habitantes de las provincias por parte de los pro-magistrados representantes de los optimates;
4- la ley viaria, por la cual se construirían las vías que enlazarían a toda Italia;
5- la ley agraria, la más notable y meritoria de todas, por la que se pretendía llevar adelante los proyectos de su hermano;
6- por ley concedió la ciudadanía romana a los latinos y la ciudadanía latina al resto de los pueblos itálicos.

Además se impulsaba la fundación de colonias agrícolas en las ciudades destruidas de Cartago, Corintio, Tarento y Capua. Sólo los populares podían dirigirse a esas colonias; era un verdadero régimen de repartición de tierras. Pero también Cayo fue, al igual que su hermano, víctima de la intolerancia de la aristocracia, que terminó por asesinarlo.


[1] Sabiduría 2. 23.: “...y lo hizo a imagen de su propio ser”. Habiendo sido creado a imagen de Dios, el ser humano está destinado a la vida.
[2] Diccionario de Sociología, Helmut Schoeck, Ed. Herder, Barcelona, 1973, pág. 78.
[3] Constituciones griegas, La constitución de Atenas, la república de los atenienses, la república de los lacedemonios, AKAL/CLASICA, Madrid, 2000, pág. 132. Dice Jenofonte: “Puede que alguien diga: ¿Por qué, entonces, si consideraba bueno el robo, imponía muchos azotes al que era cogido?; y yo digo, porque también en otras cosas que enseñan los hombres, castigan al que no lo hace bien”:
[4] Historia de la Civilización, B. Sarthou y G. Morie, Ed. F.V.D., As., 1992, pág 215.
[5] Historia de la Civilización, B. Sarthou y G. Morie, Ed. F.V.D., Asunción, 1992, pág. 310.
[6] D. 1.10. 2.

El Estado

Estado: El estado es una institución de la sociedad organizada, que ocupa un determinado territorio y posee un gobierno autónomo ajeno de todo poder extranjero.

Nación: La nación es una comunidad espontánea resultante de una serie de factores, que tienen algo en común: base étnica, política, económica, cultural, religiosa, lingüística, histórica y otros muchos que se fusionan en la formación de ese concepto.

Un Estado no debe ser confundido con la nación. Esta última es un concepto étnico, empleado para designar a un pueblo unido por lazos lingüísticos, costumbres, origen racial o memoria común o por la creencia en un destino común. Una nación puede o no ocupar un territorio definido y carecer del elemento soberanía; puede no gozar de un gobierno independiente, como los kurdos, que se encuentran sometidos al dominio turco, iraní, iraquí y sirio. Existen estados en los que coexisten pluralidad de naciones como Canadá; compuesta de anglocanadienses y francocanadienses, Bélgica; de flamencos y valones, Suiza; de germano suizos, franco suizos e ítalo suizos. En la actualidad la mayoría de las naciones son al mismo tiempo estados, pero su condición ha derivado principalmente del desmembramiento de los estados soviéticos, yugoslavos y checoslovaco, después del colapso del bloque comunista.

Origen del Estado:

1- El desarrollo de la agricultura: Estos primeros Estados son denominados civilizaciones hidráulicas, como por ejemplo: Egipto, Mesopotamia, India y China.
2- Algunos de los antiguos estados debieron su nacimiento a las actividades bélicas: Como consecuencia de la guerra librada por la conquista de Canaán, que fracasó, el pueblo hebreo rogó a su jefe Samuel que les diera un rey para que pudieran ser “como todas las naciones”.
3- La aparición de jefes o conductores como factor del nacimiento del Estado: Como es el Caso de Rómulo, fundador de Roma.
4- Las regiones la religión contribuyó indudablemente al origen del Estado.

Evolución hacia el Estado:

La familia: Ulpiano refiriéndose al derecho natural nos habla de un origen natural de la familia: “... De ahí la conjunción del macho y de la hembra, que nosotros llamamos matrimonio, de aquí la procreación de los hijos, de aquí la educación; pues vemos que también los demás animales, hasta las fieras, se gobiernan por el conocimiento de este derecho”. La familia constituye una unidad más o menos permanente compuesta por los padres y su descendencia, que sirve a los fines de la custodia y educación de sus progenie; la división del trabajo, en donde los hombres se dedicaban a cazar animales para el sustento del grupo, mientras que las mujeres recogían los frutos y preparaban los alimentos, se encargaban de la custodia de sus hijos; servía la familia además, para la adquisición y transmisión de la propiedad; la difusión y preservación de las creencias.

Las hordas: este grupo humano consistente en la reunión de familias sin reglas establecida, viviendo en un régimen de promiscuidad, cuya necesidad es la defensa contra los enemigos externos. El sentimiento prevaleciente en la horda era el de la protección común, el de la búsqueda del sustento para el grupo; para ello contaba sobre todo con el factor de la fuerza física o la habilidad de los más fuertes.

El clan (del gaélico clan, “descendencia”): tras una larga evolución en los hábitos y costumbres del grupo social y como producto del sentimiento de solidaridad nacido en el seno de la horda, surge el clan, como nueva forma de asociación. Esta clase grupo deja de ser nómada para volverse sedentario; es decir, se asienta sobre un territorio fijo, cuya explotación acomete de manera permanente, estamos en presencia de los agricultores. El clan muchas veces estaba antes que la familia. La pertenencia a un clan implica la solidaridad social, es decir, la obligación de prestar ayuda mutua, participar en ritos y ceremonias, en los delitos de sangre, por ejemplo, correspondía al clan de la víctima exigir la compensación al clan victimario o sea el deber de venganza.

La tribu: la cual era dirigido por el patriarca, jefe a su vez de otros patriarcas de clanes, difería este conglomerado social de sus componentes, no solo por él número de sus individuos sino por el carácter mismo del vinculo que los mantenía unidos entre sí y separadas de las demás tribus que no eran solamente el parentesco entre sus miembros, sino la comunidad de nombres entre los mismos, la división del trabajo y de la tierra, la organización política más estructurada y jerarquizada, el territorio y principalmente su lengua o dialecto era lo que los mantenía unidos. Por lo general una tribu posee un jefe, una religión que predica la descendencia de todos sus miembros de un único progenitor y una cultura en común.

Primeros Estados

Todos los estados que nacieron en el antiguo oriente fueron teocráticos, algunos también fueran absolutistas, mientras otros como el caso de Israel y Persia tenían ciertos atenuantes de la religión. En el caso de Babilonia y de Asiria el estado absolutista teocrático llegó a extremos detestables.

La Ciudad-templo: es el término utilizado para designar a la Ciudad-Estado sumeria, ésta era de hecho la propiedad del dios local. El templo del dios ciudadano era el rasgo central de la ciudad. Toda la vida social y política giraba entorno al santuario, “el zigurat”.

La Teocracia Egipcia:

1- el Reino Antiguo que tenía por características el ser: a- autocrática, el faraón poseía la suma del poder, reuniendo en su persona las funciones administrativas, legislativas, judiciales, militares y religiosas. Sus títulos eran, entre otros, el de “señor de las Dos Tierras”, ya que se suponía era el rey, tanto del Alto como del Bajo Egipto, este dualismo político se podía observar en los rituales, como la señalada doble corona; b- teocrática, en su condición de Sumo Sacerdote y dios vivo, era deificado bajo los nombres de “Hijo de Ra”, por lo cual era llamado “Hijo del Cielo” o “Rey Sol”.
2- El primer Periodo Intermedio. Las “Visiones de Neferti”: “Egipto está lleno de corrupción. Se promulgan leyes, pero no se cumplen... La propiedad de un ciudadano es incautada. La propiedad de un ciudadano es dada a extranjeros. Puedo mostrarte terratenientes necesitados, puedo mostrarte extranjeros que prosperan. Se paga a quienes no trabajaban. Las deudas no se saldan sólo bajo amenaza, las sentencias se imponen sólo a punta de lanza... Egipto es pobre, sus funcionarios se enriquecen
3- El Imperio Medio y en especial, durante la dinastía XII, el poder fue más débil que en el primer periodo de esplendor. Los nobles y los nomarcas de las provincias ejercían el poder que le arrebataron al monarca, conservando una parte de la autoridad, ya que por sus manos pasaba la administración local, pero el monarca había recobrado su poder y su función centralizadora. Egipto, se constituyó en lo que podría calificarse el primer “Reino democrático” de la historia.
4- El Segundo Periodo intermedio fue el producto de problemas internos que imperaban y que fueron aprovechados por pueblos semíticos: los Hicsos.
5- El Imperio Nuevo se dedicaron a sentar las bases del gobierno en tres instituciones, las cuales eran: el ejercito, la burocracia y el poderoso clero de Amón, éste gobierno era similar al del Imperio Antiguo, pero más absoluto. Es en este periodo que Egipto se lanza a la conquista de territorios que se hallaban legos de sus fronteras históricas, tomando conciencia de su poder militar e ingresa en el concierto de las potencias del Oriente Próximo, junto a los estados de Mitanni, Asiria, Babilonia y el Imperio Hitita.
6- El Tercer Periodo Intermedio o Post-imperial. Decadencia de Egipto y conquista del país.

Estado Asirio:

Lo que caracteriza a Asiria, fue su excesivo militarismo, la cual era una industria y un arte nacional. Lo llamativo del ánimo de este pueblo es su dureza y brusquedad. El rey de Asiria es el shangu, era el vicario del dios Asur. Los reyes solían auto denominarse a sí mismos como: “rey de la totalidad”, “rey de las cuatro regiones” y “rey de reyes”. Este pueblo cruel, acostumbraba a levantar pirámides de los cráneos de los soldados sacrificados después de rendirse, el rey Asurbanipal, por ejemplo, se vanagloriaba de haber sacado con sus propias manos los ojos de un monarca que depuso sus armas. Los pueblos eran conquistados muchas veces con el simple temor de los saqueos o el terror de caer en la esclavitud, en otras ocasiones recurrían a las incursiones punitivas, los empalamientos y las ejecuciones en masa, que fueron los elementos disuasivos de sometimiento al poder del monarca asirio: “el cazador (en referencia al guerrero asirio) abrió los vientres de las embarazadas, dejó ciegos a los niños. Cortó las gargantas de los Guerreros”.
Estas medidas crueles, eran utilizadas como instrumentum imperri, destinadas a atemorizar a los pueblos sojuzgados. Otro instrumento, del que se valían los asirios, era la deportación de los habitantes del territorio conquistado, de sus lugares de origen eran trasladado a otras comarcas, como fue el caso de las diez tribus perdidas de Israel, del mismo modo lo harían tiempo más tarde los Babilonios, con los ciudadanos del reino de Judea.

Imperio Babilónico:

Al frente de la organización política se hallaba el Patesis (rey), quien ejercía las funciones regias, el cual reunía en su persona todos los poderes: político, militar, judicial, legislativo y religioso. Desde el reinado de Hammurabi el monarca es divinizado, con el fin de unificar los distintos pueblos sometidos a un culto en la persona del monarca, que sería la nota predominante de la Antigüedad, ya que otros monarcas lo imitarían utilizándolo con el mismo fin, como fueron los casos de Alejandro Magno y Augusto, solamente con el advenimiento del cristianismo y la separación del poder eclesiástico y del secular, entre lo espiritual y lo terrenal, desaparecería esta forma de gobierno y la religión cristiana sería el fundamento de unidad. El rasgo que sobresale del gobierno, es la forma como se ejerce el poder real. Toda la responsabilidad del gobierno recae sobre los hombros del rey.

Ciudades Fenicias:

Al principio fueron gobernadas las ciudades estados por reyes. La monarquía cedió ante la plutocracia, compuesta ésta de ricos mercaderes, el órgano supremo de esta época era una especie de Senado que tomaba las decisiones más importantes y cuya ejecución correspondía a los Sufetes, un colegio de magistrados, compuesto de dos miembros. Teóricamente el Senado era electivo. Cuando los sufetes no se ponían de acuerdo se sometía a la Asamblea las decisiones, que daba su parecer, mediante el voto a favor, por medio del “si” o en contra, por el “no”, pero que no tenía iniciativa propia para presentar sus propuestas.

Estado Teocrático de Israel:

Como todos los pueblos primitivos, el de los hebreos en su periodo ancestral, comenzó siendo un régimen Patriarcal, era dirigido por un anciano venerable, jefe de la familia primero, y luego de la tribu, cuando la primera creció. Su autoridad era paternalista con dominio absoluto sobre las personas y los bienes de sus descendientes, a la par de ser sacerdote, era juez y rey. Por lo dicho, el patriarca era considerado como el vicario de Dios. A su muerte, trasmitía el mando a su heredero, otorgándole para ello la bendición. El sucesor solía ser el primogénito, estableciéndose de esta manera el llamado “Derecho de Primogenitura”, siendo los principales patriarcas Abraham, Isaac y Jacob.

Al ser liberados por Moisés de su cautiverio en Egipto, el pueblo aceptó de buena gana la dictadura de éste. Aunque parece, según el relato de la Biblia, existió cierta resistencia a su dictadura, este es el caso de Coré, que se enfrentó a Moisés y Aarón: “¡Basta ya de privilegios! –decía Coré- Todo el pueblo ha sido consagrado por Dios, y el Señor está con todos nosotros. ¿Por qué se levantan ustedes como autoridad suprema sobre el pueblo del Señor?"

Una vez establecidos en la tierra prometida las tribus constituyeron una confederación de tribus. Que en tiempos de crisis, veía surgir la figura de un líder –shofet, o juez- inspirado por el “Espíritu del Señor”. Este juez defendía la causa de todas las tribus o las comandaba en batalla. Pero de ninguna manera era un rey. Así, a diferencia de las Teocracias del oriente, la de Israel era sui generis, ya que la soberanía suprema pertenece a Dios, en el sentido propio de la palabra. Dios dirige directamente los destinos de su pueblo primero a través del mensaje de sus profetas, de los que surgió el mencionado régimen de los jueces, que fue dirigido por los enviados del Señor, como: Josué, Sansón, Samuel, entre otros e inclusive, como mencionamos en el título precedente, con una jueza como, Debora.

Más tarde, cuando el pueblo pidió por una monarquía, y Dios por boca de su profeta, Samuel, les hizo saber de los males que arrastran esta forma de gobierno, y aún así, el pueblo hebreo aceptó, coronando a Saúl como el primer rey de Israel.

Antes de entregar el gobierno a Saúl, Samuel dio cuentas de su actuación al frente del poder: “Ustedes han visto que yo los he atendido en todo lo que me han pedido, y que les he puesto un rey. Aquí tienen al rey que habrá de dirigirlos. Por mi parte, yo estoy viejo y lleno de canas, y mis hijos están entre ustedes. Yo soy quien los ha dirigido a ustedes desde mi juventud hasta el presente, y aquí me tienen: Si me he apropiado o maltratado a alguno, o si me he dejado sobornar, puede acusarme ante el Señor y ante el rey que él ha escogido, y yo pagaré lo que deba –a lo que el pueblo contestó-. Nunca nos has oprimido ni maltratado, ni te has dejado sobornar”. Un lindo ejemplo de humildad y de responsabilidad política, social y jurídica de quien abandona un cargo.

Con la conformación del reino la ley divina seguía vigente, de esta forma la monarquía de Israel se encuentra limitada por la misma, no podía el gobierno ser absolutista o tiránico, ya que Dios quiere el bien de su pueblo, y la nación israelita encuentra alivio en la ley del Señor, y al igual que cualquier ciudadano hebreo, el rey también se ve obligado a acatarla, además de tener el deber de escuchar la voz de los Profetas, así por ejemplo, nos cuenta la Biblia, que un día el rey David paseaba de noche por la terraza de su palacio, cuando vio a la hermosa Batsheva, bañándose, mientras su esposo, Urias el Hitita, estaba luchando por David contra los amonitas. El rey ordena que se le traiga a la mujer casada ante su presencia en el palacio, en donde la seduce y la fecunda. A continuación envía una carta a los superiores de Urias para que lo ubiquen al frente, adonde más arreciaba la batalla, en donde es muerto a manos del enemigo. La estratagema resultó, y David pensó que no habría consecuencias, ya que solo él, su conciencia, sus oficiales subalternos y Dios sabían de su crimen. Sin embargo el profeta Natán lo reprendió severamente, si esto hubiera ocurrido en otra corte del oriente, éste profeta, habría terminado ajusticiado, pero en Israel es todo lo contrario, es nada menos que el gran rey David quien se humilla ante Natán, al que le dice: “Pequé contra Yahvé”. Vemos muchos ejemplos de este tipo en la historia de la monárquica de Israel, mencionados en otras partes de esta inmortal obra que es la Biblia.

La fuente de todo poder era Dios y sólo es legítimo, cuando el rey está sometido a los propósitos de Él, de lo contrario se convierte en tiránico. Así, el Señor se apartó de Saúl, luego que éste no cumpliera con el mandato divino, de dar muerte a los amalecitas y a todo su ganado. Al no consumar la orden divina, Dios envía a Samuel ante Saúl, a quien le dice: “no voy a regresar contigo, porque tú has rechazado el mandato del Señor, y ahora él te rechaza como rey de Israel”.

La señal de que el monarca gozaba del beneplácito celestial, era la Unción. El Profeta Samuel ungió a los reyes Saúl y David, así la realeza israelita aparece desde el comienzo vinculada al profetismo. Con esto se quiere dar a entender que esta institución debía estar al servicio del pueblo de Dios. En adelante, los profetas reconocerán en principio la autoridad y la misión del rey, pero no por eso dejarán de reprocharle sus abusos e injusticias. A partir de ese instante al que era electo como el Ungido se le habría una línea de comunicación directa, entre éste y Dios. Era un vínculo especial, uno de carácter sagrado.

Al rey le estaba prohibido acumular grandes riquezas o entregarse a un lujo ostentoso. No se toleraba ninguna clase de despotismo militar, del tipo asirio o babilónico. El rey no estaba por encima de la ley, sino sujeto a ella, y debía llevar permanentemente consigo, un ejemplar de la “Torah” y, “leer en él todos los días de su vida... para que su corazón no se eleve sobre sus hermanos ni se desvié de la ley”. Con estos principios se establecieron ideales democráticos e igualitarios.

Imperio Persa:

Los medos sentarían las bases del sistema político que heredarían los persas, así, se puede observar: en el ceremonial impuesto ante el rey, en la división del territorio en provincias y en la organización del ejército, al modo asirio, con infantería y arqueros, y al estilo escita, con una poderosa caballería.

Mientras los persas fundarían sobre el estado medo un “Imperio de la Tolerancia”, la cual estaba gobernado por la autoridad suprema del “Gran rey” o “Rey de Reyes” –según otra fuente, debe utilizarse la expresión “Rey de los Países”-, al que los persas denominaban Sha Nan Sha. Al principio esta monarquía era electiva, pero más tarde se convirtió en hereditaria, improvisada en tiempos de Ciro II, despótico durante el reinado de Cambises II y sistematizado en tiempos de Darío I. Al Sha se le pagaban los impuestos en la Apadama palacio imperial desde donde gobernaba. Los que recurrían en las audiencias debían practicar ante el sha, el ritual de la Proskinesis –postración-, y cuando al fin, se les permitía levantarse para dirigirle la palabra al rey, era obligatorio poner la mano frente a la boca. De esta forma se estableció un práctica que sería común en oriente e imitada en occidente por los macedonios, primero y luego por los romanos –en tiempos de Dioclesiano- y Bizantinos, gracias al reflujo del helenismo, que llevaron al volver de las provincias asiáticas al corazón del dominio heleno la cultura oriental. La monarquía oriental, que aunque, humana en su versión persa, no dejaba de ser despótica. Así, para los hebreos, Ciro fue el instrumento de Dios, que puso fin al cautiverio hebreo en Babilonia, por lo que fue ensalzado por el profeta Isaías como el “ungido de Yahveh”, se convirtió para los griegos en el monarca perfecto, tanto para Antístenes como para Jenofóntes, que se referían a la realeza aqueménida como el ideal monárquico, mientras que un republicano de la talla del jurista, filósofo, orador y político romano, Marco Tulio Cicerón, quien también enalteció la figura de Ciro con estas palabras: “rey –decía- tolerante e incluso digno de ser amado”. Pero no todo era halago, Heródoto, cuenta que el rey Ciro muere peleando contra los masagetas, quien tomó como prisionero al hijo de la reina Tomiris, quien se suicidó. En venganza, Tomiris mandó sumergir la cabeza de Ciro en un odre lleno de sangre humana, para –dijo ella- saciar la sed de sangre del persa.

Este sistema político constituye un yugo duro de aceptar por los pueblos sojuzgados, de hecho existieron varias revueltas en el “Imperio de la Tolerancia”, como los ocurridos entre los babilonios, egipcios y en especial entre los jonios, las que fueron duramente reprimidas. Hacemos énfasis, por lo que importa a nuestro estudio, este último conflicto, que la mayoría simplifica como el choque entre la “civilización” y la “barbarie”, sin más. Es más bien, la lucha de un pueblo –el jonio “griego”- apegado a su libertad contra una monarquía despótica, en la perspectiva del ciudadano de la polis. De ahí la importancia de las llamadas guerras Médicas –porque los griegos los denominaban medos-, la pregunta obligada es ¿qué hubiera sido si en Salamina la flota derrotada hubiera sido la ateniense?, probablemente los valores y virtudes persas nos acercarían más al pensamiento oriental, y no es necesario decirlo, pero jamás se llegaría a conocer la gran civilización helénica en su esplendor, de la que se nutrió, primero Roma y por su intermedio la civilización occidental, con sus valores de libertad, democracia, etc.

La religión sirvió de soporte y limite al rey de reyes. Así como el dios Aura Mazda promueve el orden y repudia la injusticia, y su delegado terrenal, el Sha, tiene un papel moral y jurídico. A su vez el monarca veía en la clase de los magos una especie de límite a su poder omnímodo, quien debía de oír de boca del sacerdote-mago, las siguiente amonestaciones: “Señor, levántate y piensa con qué fin te ha colocado Ormuz en el Trono”. Se puede ver indicios del reino de la luz en la administración estatal. Los siete grandes que rodeaban al rey se presentan como la imagen de los Amschaspand, que rodean a Ormuz. Así, cuando el falso Smerdis, un mago que se hizo pasar por hermano del rey Cambises, fue desenmascarado, reuniéndose en consejo para decidir la forma de gobierno que verdaderamente resultaba mejor, coincidieron que la monarquía era la mejor forma de gobierno para los persas. Esta concepción política se destaca por su altura – nos dice Truyol y Serra- de miras no sólo en su conjunto, sino también en sus aplicaciones particulares. Ello se debe a la índole de su contenido religioso, el cual dignifica lo político de una manera que sólo Israel superó en el orden doctrinal, aunque no en el práctico.

India:

El principio del Estado se asienta en la persona del rey (rajá). Siendo como era la India una civilización hidráulica, la figura del rey reúne en él no sólo los derechos y los poderes, sino también el tiempo y la prosperidad del suelo. De ahí que si las cosechas eran malas, existía el perfecto chivo expiatorio que recaía en la persona del rey, porque simplemente en él descansaba la prosperidad colectiva, de tal suerte, que su poder depende de un contrato más o menos explícito, debe ser merecedor de su corona, por sus propias cualidades y ante todo agradar a su pueblo aplicando la ley. En este sentido nos dice Asoka en el Edicto en roca VI: “Considero que mi deber es el bien de todo el mundo”.

China:

Los reyes Shang eran tanto jefes seculares como líderes religiosos. El monarca era el jefe de gobierno, comandante militar y sumo sacerdote, encargado del ritual religioso y el descendiente directo del ancestro común de todo el pueblo. Durante el gobierno Shang, se sabe que existían por lo menos unos treinta estados bajo el mando de nobles de diferentes rangos. Muchos de los cuales solían ser parientes de ramas colaterales de la familia real, otros eran oficiales de alto rango, y algunos eran jefes antiguos de la región, que fueron sometidos y avasallados. Las obligaciones de estos señores “feudales” eran las de pagar tributo, defender la frontera y enviar hombres para expediciones militares y otros menesteres. El rey (Wang) se encontraba rodeado de consejeros, escribas, oficiales militares, administradores civiles y en especial de adivinos-sacerdotes, que eran especialistas en la adivinación, el ritual y sabían leer y escribir, siendo los precursores de los burócratas-letrados. Cuando un rey moría se lo enterraba en tumbas amplias en la roca excavada, en ellas se hallaron cadáveres de gente sacrificada y enterrada con el difunto. Estos eran esclavos sacrificados, su condición era consecuencia del ius gentium.

Con los Chou en el poder se establece el fengjian o feudalismo a estilo chino. Que consistía en la cesión de tierras a personas emparentadas con el monarca Chou. Con el tiempo los “Señores” convirtieron en hereditario el cargo y las tierras que se encontraban adheridas al feudo. Cada uno de los cuales tenían sobre su territorio un control económico, político y militar. Tenían su propia enramada administrativa compuesta de administradores nombrados de entre sus parientes. El señor del territorio cedido, quien en principio estaba emparentado con el rey, debía de rendirle pleitesía al monarca Chou, realizar actos de obediencia, prestar auxilio militar cuando éste la necesitara y de vez en cuando visitar la capital. Los gobernantes de los estados feudales llegaron al punto de asumir el título de reyes (Wang), que antes era exclusivo del monarca Chou.

La dinastía Qin del primer emperador trata de eliminar el feudalismo. Para ello el monarca Shi Huang-Ti lleva a cabo una importante reforma del estado, centralizando el gobierno con el emperador a la cabeza, ayudado por dos funcionarios, uno civil y otro militar. Se prohíbe la práctica de conceder tierras y feudos a los miembros de la familia imperial y a dignatarios, con el que se asesto un duro golpe al feudalismo del que ya no se recupero. Para la administración de los dominios imperiales, se dividió en treinta y seis comandancias (jun) gobernadas, cada una de ellas, por un administrador civil, un administrador militar y un contralor. Cada comandancia estaba subdividida en distritos o prefecturas (xian), gobernadas por un prefecto.

El primer emperador de la China es conocido por la historia de su país y la del mundo occidental, como la de un tirano megalómano, violento, vengativo y supersticioso. Las persecuciones a los seguidores de las enseñanzas confucianas, son ejemplo de su violencia. Su miedo atroz a la muerte, convirtió a los magos y charlatanes en sus favoritos, a cambio de elíxires de inmortalidad. A partir de ésta dinastía, pero en especial, durante la dinastía Han, se implementó un aparato administrativo, el cual, con algunas modificaciones habría de perdurar dos mil años. El cargo de mayor importancia era el de “Emperador”, quien tenía un origen divino, pero cuyo “mandato” era revocable; era el “Hijo del Cielo”, al que se ofrecía sacrificios y sumisión, y padre de sus súbditos a los cuales exigía obediencia. El soberano era el dueño de las tierras y de los frutos, pero no era el dueño de todo el imperio. Reunía en su persona todas las atribuciones de un monarca absolutista, levantaba impuestos, legislaba e impartía justicia. Con todo este poder absoluto, se veía frenado por el sistema burocrático. Los puestos administrativos se conseguían al comienzo por recomendación de gente ya empleada. Posteriormente se implementó la costumbre de tomar examen para juzgar sus conocimientos sobre la tradición confuciana. El emperador Wu estableció una universidad para el estudio de los clásicos confucianos. Estas doctrinas rápidamente adoptada por la clase burocrática, la que se distinguía claramente entre los que trabajaban con la mente y los que trabajaban con las manos, insistía en que la verdadera aristocracia no es la de nacimiento, rechazaba el gobierno por la ley, que trata a todos por iguales, y aboga por un gobierno ejercido mediante el ejemplo virtuoso, constituyéndose ella misma en arbitro de lo que era la virtud. La ley nunca desapareció, si bien los funcionarios trataron de estar por encima de ella, el emperador la usó frecuentemente para someterlos. A su ves, los letrados tenían una manera de limitar el poder total del emperador con la doctrina del “Mandato del Cielo”. Según éste, el emperador tenía el beneplácito del Cielo para gobernar siempre y cuando conservara su virtud; al descuidarla se producían fenómenos que los letrados sabían interpretar, como señal ésta, de que el soberano había perdido el Mandato, y podía ser depuesto.

Para los chinos el orden es el reflejo del universo, y su punto de encuentro es el Emperador conocido también como el “Hijo del Cielo”, de ahí que las catástrofes que caían sobre el pueblo fueran la consecuencia lógica de una falta cometida por el emperador, por este hecho, perdía su calidad de “Hijo del Cielo”, liberando al pueblo de su poder, y dando la oportunidad de que cualquiera podía destronarlo.

Otro significado que daban a la palabra imperio los chinos, era: “lo que esta debajo del cielo”, por el que se confundía la entidad jurídico-política con lo cosmológico, esto es que todo el mundo habitado y civilizado esta sometido al poder del Emperador. Y todos los que no habitaban el Imperio, eran considerados bárbaros por estar fuera de la jurisdicción del “Hijo del Cielo”.

Tres eran las bases sobre las que se sostenía la autoridad del primer emperador chino: 1- una nueva clase social, compuesta de campesinos libres de sus señores feudales, que constituyeron una clase dinámica liberada de las ataduras del pasado y capaz de insertarse en el naciente Estado centralizado; 2- el sistema de gobierno era la ley, es decir, en una norma objetiva impartida desde las instituciones oficiales servidas por un cuerpo de funcionarios civiles y militares y que debían cuidar de la recta implantación de un sistema de recompensas y castigos y articular una escala de honores establecida según los servicios prestados al soberano. Esta normativización iba acompañada de una obra racionalización, que abarcaba desde una ordenada división administrativa territorial hasta la implantación de un sistema uniforme de pesos y medidas, pasando por la erradicaión de todos los derechos y las costumbres particulares; 3- esta revolución estatal tuvo como corolario una profunda renovación del arte de la guerra, siendo el ejército la última base en que se asentaba el poder imperial.

Con la caída de la dinastía Qin y el ascenso de la Han, debido a los excesos de la primera, se llevó a cabo un cambio de las leyes haciéndolas menos crueles. Se mantiene el sistema de división territorial de los Jun y los Xian, en el oeste, mientras que el este, los que ayudaron en al ascenso de la dinastía, se les distribuyó tierras, quines llevaron el título de príncipe o marqués, gobernando estos territorios llamados Wangguo (reinos) de manera casi independiente. Sin embargo entre las reformas que se llevaron a cabo, estaba la disminución del poder absoluto del monarca, al concederles una mayor importancia a los consejeros y administradores allegados al emperador. Estos consejeros elaboraban las propuestas políticas y luego el emperador decidía después de discutirlas con otros colaboradores.